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Juanone Pair

Un navideño 24

Ayer fue viernes, y como tal, y más siendo víspera de festivo, pues hubo que salir un poquito. Y así se hizo. Siento haberme perdido a los Holy days en concierto, ¡otra vez será!. Bueno, el caso es que me junte con mis amigos del barrio. Si es que yo soy muy de andar por casa, aunque lo cierto es que hemos estado algunos años algo alejados y aunque la relación se enfría en realidad todos sabemos donde estamos, algún día tendré que hablar más de esto.

En esta ocasión les había visto dos días antes pero siempre queda por decir, algún chascarrillo por contar, alguna broma que hacer, alguna copilla que tomar… Y cada vez que nos juntamos pues la confianza de los años aflora. Mejor pensar eso que es nuestra propia estupidez.

Bueno, en realidad no sé por que cuento esto pues no es de lo que quiero hablar, lo que voy a contar es como he ocupado la mañana del 24 de diciembre. Hoy creo que lo tradicional es terminar con los últimos flecos que puedan quedar para la cena. Pues bien ayer decidimos unos amigos y yo. Que hacia mucho tiempo que no dábamos una vuelta por el China Town de Madrid, sobretodo para rellenar nuestros armarios de CD y DVD vírgenes comprados a un precio que ni en bromas puedes soñar fuera de allí.

El sitio en si es un polígono industrial que según entras en él ya te encuentras abrumado al encontrar todos los carteles escritos en Chino, las naves industriales están ‘customizadas’ con los más puros estilos orientales. Imaginar la fachada en rojo, o azul, y las letras en dorado y caligrafía oriental.

Y por supuesto el trajín en las calles de coches y furgonetas cargando y descargando continuamente, hay almacenes de todo lo que imaginéis, ropa, juguetes, electrónica, accesorios para ‘tunear’ el coche, y por supuesto todas las lindezas que podáis encontrar en un Todo a 100 de los de toda la vida. En realidad ese es el resumen de la zona, un todo a 100 gigante que ocupa calles, manzanas, he incluso un área completa de una ciudad tan respetable en tamaño como Fuenlabrada. Es curioso ver como aún sobreviven las típicas casas de comida de menú del día y no han sido desplazados por restaurantes más afines a la cultura implantada en la zona. Y es que los Chinos podrán ser muchas cosas pero al final quien no se rinde ante la tortilla española y las croquetas caseras (he aquí un guiño a la freaky croquetera). Estemos tranquilos nuestra cultura gastronómica sobrevivirá, de lo demás ya veremos.

Creo que todos hemos comprado ’cdses’ y ’dvdses’ y luego según te paseas vas descubriendo perlas que no puedes dejar pasar, por el consumismo de las fechas, bueno, en realidad yo estaba buscando algún juguete para mi sobrina, pero no encontré nada que me gustara, de todas formas al final siempre terminas picando y llevándote una gilipollez.

Esta vez ha sido una atracción incontrolable por un aspirador que se conecta a un puerto USB del ordenador y sirve para limpiar el teclado de toda la guarrería que se queda justo debajo de las teclas. Vamos que ha sido llegar a casa y ponerme a pasar el aspirador entre las teclas como un loco (¡los cuartos de baño siguen sucios, pero el teclado lo he dejado reluciente!), ¡qué invento!, la verdad es que mucha potencia no tiene, ¡pero que más da, si tiene hasta una luz!. Hasta hoy nunca pensé que se me caía tanto el pelo delante del teclado, ¿será por las radiaciones del monitor? (podría ser la edad, pero omitamos ese dato…)

El caso es que las compras útiles no han terminado ahí, dentro de unos meses unos amigos se casan (vamos cayendo, ¡que se le va a hacer…, estos cabritos me van a dejar solo!), y hemos encontrado el regalo ideal para destrozarles la armonía de su salón. Como me gustaría tener una foto para ponérosla. Es una cosa con forma de animal, como un león, o gato, o faraón Egipcio, ¡no sé!. Por supuesto: dorado!, y con tonos rojos y negros, y una garra se mueve sin parar como saludando al respetable. También incorpora letras Chinas por todos lados, sospechamos que es un amuleto de fortuna, y para ir sobre seguros hemos comprado la versión grande, para que la pongan en el mueble del salón. Y una más pequeña, no por ello menos ‘oriental’, que les sugeriremos que dejen sobre la tele. Al fin y al cabo eso de poner la gitanilla ya esta como un poco visto, y con esto se van a quedar con todas las visitas.

Y nada, luego vuelta al barrio, y las cañitas del mediodía, sabia tradición de los barrios de toda España. Bueno, chicos y chicas, pasarlo bien esta noche, no os indigestéis, no demos trabajo a urgencias (¿verdad que si CR?) y tened todos una muy Feliz Navidad!

2 comentarios

* -

Vaya, pues en ese Chinatown yo no he estado, pero qué quieres que te diga, Fuenlabrada me pilla un poco mal!!!

Cómo te lo pasas, chaval, ende luego...

Un besote, y nos vemos el 30, jeje

La tortuga -

Yo na vez fui al china town ese y me rei muchisimo con las cosas que se venden!!!jejejeje! se te echó de menos el viernes!
Un besito
MUAC